
El entrenamiento funcional ha ganado popularidad en el mundo del fitness debido a su enfoque en la mejora del rendimiento en la vida diaria. En lugar de centrarse únicamente en la estética, el entrenamiento funcional se basa en movimientos que tienen aplicaciones prácticas. En este artículo, exploraremos en profundidad el entrenamiento funcional, y cómo puede contribuir a una vida más saludable y activa. Aquí te explico por qué esta forma de entrenamiento es tan eficaz en la mejora del rendimiento cotidiano.
¿Qué es el Entrenamiento Funcional?
El entrenamiento funcional se basa en movimientos que imitan actividades cotidianas, como levantar, empujar, tirar y agacharse. En lugar de aislar grupos musculares individuales, se enfoca en el fortalecimiento de músculos y patrones de movimiento que son útiles en la vida diaria. Este enfoque holístico tiene beneficios significativos ya que al involucrar los mismos grupos musculares que se utilizan en estas tareas cotidianas, se fortalecen de manera específica y se vuelven más capaces de realizar estas actividades con facilidad.
Beneficios del Entrenamiento Funcional
Mejora de la Fuerza Funcional: Mejora la fuerza en los músculos que usamos para las actividades cotidianas. Mejora significativamente la fuerza en adultos mayores, lo que les permite mejorar su calidad de vida al aumentar la independencia y la capacidad de realizar actividades diarias sin dificultad.
Aumento de la Estabilidad y el Equilibrio: Al involucrar músculos estabilizadores, mejora el equilibrio, la postura y la estabilidad. Esto es particularmente importante a medida que envejecemos, ya que la pérdida de equilibrio y fuerza en los músculos estabilizadores puede llevar a caídas y lesiones.
Prevención de Lesiones: Se centra en el fortalecimiento de músculos y articulaciones que son vulnerables a lesiones. Este tipo de entrenamiento puede reducir el riesgo de caídas en adultos mayores y previene lesiones, especialmente en atletas.
Mejora de la Movilidad y Flexibilidad: Los movimientos funcionales a menudo implican estiramientos y rangos de movimiento naturales. El entrenamiento funcional mejora la movilidad y la flexibilidad. Esto es crucial para realizar movimientos más amplios y para prevenir lesiones, especialmente en las articulaciones que tienden a volverse rígidas con el tiempo.
Aumento de la Fuerza General: Al trabajar en una variedad de movimientos funcionales, se mejora la fuerza en general, lo que facilita las tareas diarias. Por ejemplo, el fortalecimiento del core (músculos abdominales y lumbares) mejora la postura y ayuda en actividades como doblarse para atarse los zapatos.
Mejora en la Calidad de Vida: Mejora la calidad de vida en adultos mayores al aumentar la independencia y la capacidad de realizar actividades cotidianas sin dificultad.
Aplicación práctica en la vida diaria
Los movimientos funcionales son altamente transferibles a las actividades diarias. Los patrones de movimiento que practicamos en el gimnasio se traducen directamente en acciones de la vida cotidiana como levantar objetos pesados, agacharse para recoger algo del suelo, realizar tareas domésticas, realizar actividades recreativas o subir escaleras.
Levantar a tu hijo o nieto: La mejora de la fuerza y la estabilidad facilita levantar a un niño con menor esfuerzo.
Subir escaleras: Un mayor equilibrio y fuerza en las piernas hacen que subir escaleras sea más seguro y menos agotador.
Cargar bolsas de compras: El fortalecimiento de los músculos de la espalda y los hombros hace que llevar bolsas pesadas sea más sencillo.
Jugar deportes recreativos: El entrenamiento funcional mejora el rendimiento en deportes y actividades recreativas.
Integración en tu Rutina
Para integrar el entrenamiento funcional en tu rutina, puedes trabajar con un entrenador personal especializado o seguir programas en línea que se centren en estos movimientos. La clave es realizar ejercicios que imiten tus actividades cotidianas y aumentar gradualmente la intensidad.
En resumen, el entrenamiento funcional es un enfoque que mejora la fuerza, la estabilidad, la prevención de lesiones y la movilidad. Estos beneficios se traducen en un mejor rendimiento en la vida diaria, lo que puede llevar a una vida más saludable y activa. Integrar el entrenamiento funcional en tu rutina es una inversión en tu bienestar a largo plazo.
*Recuerda que antes de comenzar cualquier programa de ejercicios o cambiar tu dieta, es recomendable consultar a un profesional de la salud o un médico.
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